27/02/2020
¿Eres extranjero residente en Cataluña? Te cuento cómo funcionará tu herencia.
Si eres extranjero, resides en Cataluña y tienes un mínimo de patrimonio, ya sea aquí o en tu país de origen o incluso en ambos lugares, conviene que tengas presente qué destino quieres que se dé a este patrimonio el día que tú faltes. Para mucha gente no es agradecido plantearse estos asuntos, pero es importante hacerlo si quieres evitar problemas en un futuro a los que quieres.
Piensa que, dependiendo de donde tengas tu residencia efectiva, se te aplicará la normativa catalana o la de tu país de origen en materia de sucesiones, y esto es de vital importancia, sobre todo si no has hecho testamento, ya que afectará a todo tu patrimonio, independientemente de en qué país esté localizado.
Por ejemplo, en Cataluña, por defecto, tus legitimarios deberán repartir una cuarta parte de todos tus bienes, tanto los de aquí como los de fuera. Otra cuestión muy importante es que en Cataluña se reconocen los mismos derechos hereditarios en su pareja, aunque no estés casado, a pesar de tus parientes en el país de origen.
Estas cuestiones no tienen por qué ser negativas, pero las tienes que tener presentes a la hora de valorar si te conviene hacer tu testamento en un sentido u otro. Desde el Bufet Molina Bosch te recomendamos que, si te encuentras en una situación como la que te proponemos, formalices un testamento, que tiene un coste relativamente asumible y evita muchos dolores de cabeza a tus posibles sucesores.
En caso de que decidas que sí quieres hacer testamento, y seas ciudadano de la Unión Europea, puedes pedir, además, que el Estado en el que has testado comunique una copia de este testamento a tu país de origen, y viceversa; es decir, si has testado en tu país de origen, puedes pedir que lo comuniquen en España, por lo que no habrá duda de cuál ha sido tu último testamento válido, y agilitzaràs mucho más los trámites a tus sucesores el día que tú faltes, que deseamos desde el Bufet Molina Bosch que sea bien lejano.
20/09/2019
Romper con la pareja o el cónyuge y separaros cuando hay hijos menores de edad en común puede suponer un problema que te puede acompañar el resto de la vida si no se hace bien. Y es que hay que tener en cuenta que si bien a partir de ahora dejaréis de compartir la vida en común con tu pareja o cónyuge, no dejaréis de tener nunca más esta condición: la de ser los padres de vuestros hijos.
La extinción de la vida en común cuando hay hijos menores de edad conlleva tener que regular una serie de cuestiones que regirán vuestra vida hasta, como mínimo, que vuestros hijos alcancen la mayoría de edad.
Hay que tener presente que una de las cuestiones que habrá que resolver es si la guarda de los hijos la ejerceréis de forma conjunta o bien la ejerceréis uno de los dos progenitores en exclusiva. Sólo esta cuestión ya determinará la forma de relacionaros con ellos, ya que una guarda conjunta conllevará que el período de convivencia con los padres esté más equilibrado entre los dos. En cambio, en la exclusiva, el progenitor que no tenga la guarda tendrá derecho a un régimen de visitas mucho más reducido.
También será necesario establecer quién se atribuirá el uso de la vivienda familiar, o si uno de los progenitores deberá pagar al otro una pensión de alimentos para los hijos. En este sentido conviene aclarar que el hecho de establecer una guardia conjunta no implica que no haya que pagar una pensión de alimentos; esto dependerá de las circunstancias de cada progenitor.
Por último, también hay cuestiones no menos importantes que hay que resolver, como la venta o reparto del patrimonio en común -si es que los hay-; si conviene establecer una prestación periódica de un cónyuge al otro porque, si no, uno se vería más perjudicado que el otro; o bien, si es necesario que el uno pague al otro una compensación económica por el hecho de que, por ejemplo, haya trabajado para la casa mucho más que el primero, y éste haya aumentado su patrimonio personal sustancialmente.
Por lo tanto, si queréis que vuestra separación o divorcio sea una solución y no un nuevo problema, es necesario que contéis con el asesoramiento de un abogado especialista en derecho de familia.
25/03/2019
Pensar en planificar tu herencia puede parecer una cuestión de mal agüero, pero las ventajas que proporciona son tan elevados, que vale la pena tener en cuenta, sobre todo si tienes un patrimonio mínimamente elevado.
Hacer un testamento te servirá para decidir quién serán tus herederos y quién no, si quieres establecer un legado específico a alguien en paticular, si quieres distribuir tus bienes de forma concreta, etc. No sería extraño, por ejemplo, que un descendiente o un ex-cónyuge con quien mantienes una mala relación acabara recibiendo una parte considerable de tu herencia, si no lo has dejado bien atado a tiempo. Especialmente delicado es el tema de matrimonios con hijos provenientes de anteriores relaciones. La relación entre unos y otros a menudo se tuerce cuando falta uno de los cónyuges y hay que repartirse su herencia. Todo esto no son cuestiones triviales y, si no lo planeas bien, puede conllevar muchos conflictos entre familiares que hasta ese momento tenían buena relación.
Además, también debes tener en cuenta las cuestiones fiscales. Si tienes un patrimonio considerable, conviene que repartas el dinero en productos que tus herederos puedan liquidar rápidamente para poder pagar los gastos e impuestos de la aceptación de la herencia. También, por qué no, pensar en hacer donaciones en vida o invertir el dinero en productos financieros fiscalmente más favorables. El resultado será el mismo, pero el costo mucho menor.
Y si tienes un negocio familiar y quieres asegurar su continuidad, tu instrumento es el pacto sucesorio. Un medio ideal para asegurar que aquel heredero/a que actualmente se está dejando los cuernos para mantener o expandir tu negocio será quien en un futuro en reciba la dirección, sin descuidar el resto de familiares que también puedan estar participando.
En definitiva, si no quieres que se rompa la armonía entre quienes han de ser tus herederos cuando tú no estés, piensa planificar tu herencia y así dejarás no sólo un buen recuerdo, sino también un buen legado.
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