Hay diferentes compañías que se dedican a cobrar deudas a morosos. La más conocida en España es el Cobrador del frac. En sus webs dicen que respetan escrupulosamente la legalidad, pero una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen.
La estrategia de algunos de estos colectivos no se basa únicamente en disfrazarse y presentarse en tu lugar de trabajo o en tu domicilio para avergonzarte en tu entorno. Los hay que también se dedican a llamarte insistentemente a horas intempestivas, a gritarte, a amenazarte y a coaccionarte para intentar cobrar la deuda lo antes posible. Además, añaden unos intereses sobre la deuda inicial completamente desproporcionados, considerados usureros.
Ante una situación de este tipo, el Bufet Molina Bosch te recomendamos lo siguiente:
No pagues al cobrador mientras el acreedor inicial no te comunique fehacientemente que le ha cedido la deuda; te podrías encontrar con que pagues al cobrador y aun así no quedes liberado de la deuda.
El cobrador no te puede gritar, insultar ni agredir, ni aun dentro de su oficina. Lleva un teléfono con cámara digital y grábalo todo sin miedo. No te lo puede impedir ni hace falta que le pidas su consentimiento.
No pagues intereses ni gastos que aumenten la deuda de forma desproporcionada. Como mucho, el interés legal del dinero desde que te reclamaron la deuda por escrito.
Pide los recibos y facturas de todo lo que le vayas a pagar.
